La trufa negra, o «Tuber Melanosporum» es un hongo, de aroma excepcional, que se recoge en esta época. Antes era cara y escasa pero, desde que se cultiva, se ha convertido en un producto que, aunque no es barato, sí es asequible para la mayoría. El precio de la trufa, la semana pasada era de 69 €/100 gramos y una trufa media puede pesar de 20 a 80 gr. así que, se puede comprar una buena trufa por 21 €. Está claro que una trufa al año no arruinará a nadie. Además, ¿habéis probado alguna vez unos huevos trufados? si no es así, hacerlo ya, ¡son una auténtica delicia!
Ingredientes:
Empezaremos con esta receta 3 o 4 días antes de cocinar los huevos, ya que es necesario trufarlos y ese proceso tarda unos días.
Para trufar unos huevos debemos introducir en un bote de cristal, que cierre muy bien, los huevos y la trufa entera durante 3 o 4 días. Los huevos tienen una cáscara porosa que, poco a poco, irá dejando pasar a su interior buena parte del aroma del hongo y aunque nos pueda la curiosidad, nos abstendremos de abrir el bote durante el proceso.
Como supondréis, el tiempo de trufado depende en gran medida de los huevos a trufar y por lo tanto del tamaño del bote. La primera vez metimos solo 2 huevos en el bote con la trufa y en 3 días estuvieron listos. Actualmente tengo un bote en el que caben 6 o 7 huevos grandes, así que lo dejo 4 días y me estoy planteando llegar a dejarlos durante 5 días… pero, ¡no es fácil resistir!
El bote puede guardarse en la nevera o, si como nosotros vives en un lugar fresco, puedes dejarlo en la terraza en un sitio donde no reciba demasiada luz.
Pasados los días de trufado, prepararemos una panadera con unas lonchas de patata y una cebolla cortada en láminas.
Ya que el huevo tendrá un magnífico y delicado sabor, hagamos la panadera lentamente, casi como si la estuviéramos confitando. Salpimentamos. Cuando tengamos la panadera hecha, la escurrimos cuanto podamos y la introducimos en el horno a 100 ºC, para que no se enfríe, mientras freímos los huevos.
Sacamos los huevos del bote y los freímos con cuidado en abundante aceite. Salamos ligeramente.
Cortamos parte de la trufa en finas láminas.
Montamos los platos poniendo de base la panadera, sobre ella los huevos y encima de los huevos unas laminitas de trufa.
Llevar a la mesa inmediatamente, sería una pena que este plato no llegase calentito a los comensales.
Nosotros, desde que lo probamos, lo hemos convertido en una tradición. Todos los años, en Enero, comemos huevos trufados y, en ocasiones, hasta invitamos a algún amigo si ha sido muy bueno! 😉
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