Este potaje queda realmente sabroso y, aunque se ha convertido en un plato típico de los viernes de Cuaresma, sería una pena no disfrutarlo más veces a lo largo del año.
Ingredientes:
- 400 gr. de garbanzos.
- 250 gr. de bacalao desalado.
- 500 gr. de espinacas.
- 1 cebolla.
- 2 pimientos secos.
- 2 hojas de laurel y 7 granos de pimienta negra.
- 4 ajos, perejil y cominos.
- Aceite de oliva, sal y pimentón.
Ponemos a cocer los garbanzos, previamente remojados desde la noche anterior, con media cebolla picadita, los granos de pimienta, las hojas de laurel y los pimientos secos.
Mientras cuecen, haremos un sofrito con tres cucharadas de aceite, la otra media cebolla, dos ajos y perejil. Cuando esté casi hecho añadimos una pizca de harina, una cucharadita de pimentón y las espinacas bien lavadas. Removemos durante tres minutos e incorporamos a los garbanzos.
Sacamos los pimientos secos del caldo y les extraemos la carne.
Poco antes de que estén los garbanzos, añadimos a la cazuela el bacalao en trozos y un majado con un ajo, cominos y la carne de los pimientos.
Rectificamos la sazón y dejamos cocer todo junto durante 5 minutos.
Este potaje puede acompañarse con bolas preparadas con miga de pan, trocitos de bacalao ya cocido, un ajo, perejil y un huevo batido. Se mezclan bien en un bol todos los ingredientes hasta obtener una masa con la que, ayudados por dos cucharas, formaremos bolas que primero freiremos en abundante aceite, y luego incorporaremos a la cazuela para que cuezan dos minutos.
Tags: Bacalao, Garbanzos, Potajes
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