La blanqueta adquiere su nombre directamente del color. Es un estofado cuyo caldo se enriquece con un roux, nata, mantequilla, leche, yemas de huevo o una combinación de varios de los anteriores ingredientes.
Es muy probable que la primera blanqueta fuera francesa y de ternera pero, en la actualidad se hacen blanquetas de aves y de pescados también.
Ingredientes:
- 4 contramuslos de pollo.
- 3 zanahorias.
- 2 pencas de apio blanco.
- 1 cebolleta.
- 200 gr. de setas.
- Tomillo, perejil y laurel.
- Mantequilla y harina.
- Sal y pimienta.
Ponemos el pollo, previamente salpimentado, en una olla, añadimos unas ramas de perejil y una hoja de laurel, cubrimos con agua y llevamos a punto de ebullición.
Bajamos el fuego y añadimos a la olla con el pollo, las zanahorias y el apio limpio y troceado (nosotros las hemos cortado en bastones y la cebolleta en gajos), y ponemos a cocer a fuego lento hasta que el pollo esté tierno. En nuestro caso ha estado cociendo una hora y media.
Mientras tanto preparamos las setas. Si son naturales recomendamos trocearlas y rehogarlas unos minutos en mantequilla. En nuestro caso eran de bote así que simplemente las sacamos del líquido de gobierno y las aclaramos bien.
En una cazuela ancha y bajita preparamos un roux poniendo a calentar 2 cucharadas de mantequilla y tostando en ellas una cucharada rasa de harina. Cuando veamos que la harina cambia de color, vamos incorporando unos cazos de caldo, debe quedar un caldo grueso pero no debe llegar a tener textura de bechamel. Salpimentamos ligeramente y añadimos las setas.
Vamos sacando de la cazuela las piezas de pollo y las verduras y las incorporamos al caldo blanco. Movemos la cazuela y añadimos algo más de caldo si es necesario para que todo quede cubierto. Probamos de de sal, rectificamos si es necesario y dejamos cocer todo junto durante media hora más.
El acompañamiento perfecto para este plato es el arroz blanco que nos ayudará a recoger toda esa rica salsita que tiene este fantástico guiso.
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