Cocina sin Carné

El otro día ya teníamos «mono» de encontrar algunas setas de otoño, cuya aparición en los bosques cercanos se puede adelantar o retrasar según el ciclo de lluvias. En «nuestro pinar» solemos encontramos muy diversos tipos a partir de la llegada del otoño, pero este año parece que las recientes lluvias ya han permitido la aparición de las primeros ejemplares. En cualquier caso, salimos a darnos una vuelta y volvimos bastante satisfechos con una cesta repleta de varios ejemplares de macrolepiota procera, uno de nuestros hongos favoritos.

Y nos dispusimos a prepararlos de un par de formas distintas, para seguir ofreciéndote variadas y suculentas maneras de degustarlos. Pero antes te voy a comentar algunas cosas importantes, y curiosas, de esta gran seta.

La macrolepiota procera, también conocida como apagador, paloma, lamperna, cachiporra, cucurril, choupín, parasol, matacandil, galamperna, etc., recibe muchos de sus numerosos nombres populares atendiendo a sus formas características: mientras son jóvenes, cuando el sombrero está cerrado, asemejan gordas baquetas de tambor; y cuando son adultas pueden parecer sombrillas abiertas.

Suelen aparecer tempranamente si no hay falta de humedad, tras las lluvias de verano, ya en septiembre. Se pueden recoger tanto en zonas herbosas de pinares como en áreas de matorral, pero donde es fácil reconocer su estilizada figura es en los prados y pastizales, sobre los que destacan como grandes sombrillas entre la hierba. A pesar de ello todavía no resulta una seta muy recogida, pues aún permanece arraigada la creencia de que las setas que presentan anillo son tóxicas ¿?. Bueno, si no lo ves claro, ya sabes que debes dejarla tal que la encuentras, que hasta las setas más venenosas tienen su función en la naturaleza.

Es un comestible delicioso y muy apreciado, salvo el fibroso y duro pie que se desecha, consumiéndose los sombreros, que en algunas localidades preparan empanados como filetes. De verdadera «carne vegetal» puede definirse al apagador ya que contiene un 47 % de proteínas (referido a materia seca) por lo que logra en este aspecto estar en cabeza frente al resto de las setas comestibles.

Importante recordar algunas de las características de la Procera: un dibujo leonado y zigzagueante del largo pie, un vistoso bulbo, el anillo doble y móvil, y el diámetro del sombrero, que supera fácilmente los 15 cm. Recuerda que NO hay macrolepiotas «pequeñas»… así que no recojas otros ejemplares parecidos con un sombrero de diámetro inferior a 10-12 cm. A partir de ahí, disfrútalas de cualquiera de las diferentes maneras que te proponemos en nuestras recetas de macrolepiotas, o invéntate una y nos la cuentas!