Este es un plato tradicional mallorquín que parece provenir de la cocina sefardí.
Se trata de un plato muy contundente pero que me encanta y no dejo de disfrutar, en pequeñas dosis, cuando estoy en Mallorca.
El original se hace con la asadura de cerdo, oveja o cabrito pero, en los últimos años, se ha puesto de moda el frito de pescado y marisco, confeccionado de la misma forma pero con productos del mar.
Hay pequeñas variaciones de un pueblo a otro pero esencialmente es una fritura de la materia principal a la que luego se le añaden hierbas, especias y patatas fritas.
Ingredientes:
- La asadura de un cordero lechal.
- 250 gr. de sangre cocida.
- 1 pimiento rojo.
- un manojo de cebolletas tiernas.
- 3 patatas grandes.
- 1 cabeza de ajos y 2 hojas de laurel.
- hinojo (la parte de las hojas).
- aceite, sal y pimienta.
Limpiamos la asadura de venitas y durezas y la cortamos en trozos de 2 cm.
Cortamos también la sangre cocida en trozos de 2 cm.
Ponemos a calentar una sartén grande y alta con 5 cucharadas de aceite de oliva e introducimos a dorar los ajos. Cuando veamos que empiezan a tomar color, añadimos la carne troceada y las hojas de laurel, salpimentamos y dejamos hacer durante 5 minutos.
Añadimos las cebolletas tiernas y el pimiento cortados como para sofrito pero algo más grandes y les damos unas vueltas durante 5 minutos.
Agregamos a la sartén la sangre troceada y dejamos que se vayan integrando los sabores, removiendo de vez en cuando, durante 5 minutos más.
Picamos las hojas de hinojo pequeñitas y rectificamos de sal si es necesario.
Mientras tanto, habremos pelado y picado las patatas de un tamaño similar al de los trozos de carne. Las freímos en abundante aceite, las salamos y las mezclamos con las carnes y las verduras.
Puede mantenerse caliente en el horno durante unos minutos, pues se debe servir bien caliente y, si es posible, en una cazuela de barro.
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