La vieja habita en fondos rocosos y arenosos y gracias a su pico, (no en vano es un pez loro), se alimenta mordisqueando las rocas, nutriéndose de las algas y animales adheridos a ellas. Se encuentra fácilmente en lugares como Canarias pero, si no podéis comprar una vieja, podéis cambiarla por otro pescado de carne blanca y fina para hacer esta receta.
Nuestro colaborador Fernando, ha utilizado riesling para hacer esta receta, un vino con un toque dulzón y sedoso, pero también podéis utilizar otro vino blanco con similares características.
Ingredientes:
- 1 vieja de 1 kg largo.
- 2 patatas grandes.
- 1 cebolla roja.
- Jengibre y salvia frescos.
- 3 dientes de ajo negro.
- Eneldo y perejil picados.
- 1/2 vaso de riesling de Neudorf.
- Aceite de oliva virgen extra (AOVE).
- Sal, sal en escamas y pimienta de Jamaica.
Pediremos a nuestro pescadero que nos limpie el pescado de tripas y escamas, ellos lo hacen mejor y más rápido, y así tendremos una cosa menos de la que ocuparnos.
Pelamos las patatas y las cortamos en rodajas. Las metemos en el microondas, con un poco de sal y un chorrito de aceite, durante 6 minutos. El tiempo justo para que en el horno se hagan en el mismo tiempo que el pescado.
Ponemos en una cazuela de barro, amplia y que pueda ir al horno, una base con las patatas que hemos pasado por el microondas, añadimos unos trocitos de jengibre pelado y la cebolla roja en rodajas finas. Colocamos el pescado sobre las patatas, salpimentando por dentro y por fuera, y sobre todo ello añadimos unas hojas de salvia, el vino riesling, y un buen chorro de aceite de oliva.
Introducimos la cazuela de barro en el horno, precalentado a 190 º C, y lo dejamos evolucionar durante 15 minutos.
Mientras tanto iremos haciendo un majado con perejil picado, una pizca de eneldo, ajo negro, algo de sal y un chorrito de aceite.
Pasados los primeros 15 minutos, untamos el pescado con el majado que hemos preparado, le damos la vuelta, y lo untamos también por el otro lado.
En 15 minutos más el pescado estará perfecto y la carne se separará de las espinas fácilmente.
No nos complicaremos con el emplatado: ponemos unas rodajas de patatas y cebolla, y sobre ellas los trozos de pescado que habremos sacado sin demasiado esfuerzo de la espina de la vieja.
Opcionalmente, unas escamas de flor de sal y un hilito de aceite de oliva en crudo sobre el pescado, harán que nuestro plato quede, si es posible, todavía más delicioso.
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